jueves, 17 de junio de 2010

Buenos, muy Buenos Aires (parte II)

Llego al Hostel Iraní de Av. de Mayo y espero a Henrique… si, “Henrique” con “H”, es brasileño el wey… o sea, yo mexicano, estoy viviendo en Buenos Aires y conocí a otro wey gotico que es brasileño.

El wey sale, y en minutos llegamos a Soma. En la entrada vemos a un par de chicas bien lindas y nos acercamos. Yo alcanzo a distinguir a alguien hablando inglés y me le acerco. Se llama Sharon, es editora y viene a Buenos Aires por la editorial donde trabaja… castaña, delgada, facciones un poco rígidas, pelo quebrado hasta media espalda y piernas de 10… ella es un 9. Henrique se queda charlando con una porteña guapísima de mediana estatura, deliciosas curvas y carita angelical; blanca, de pelo negro corto… otro 9.

Nos perdemos de ellas y, por fin, entramos a Soma.

El decorado del lugar asemeja el interior de una iglesia, hay poca gente, pero siguen y siguen entrando.

El espacio es un enorme rectángulo, en un extremo está la consola del DJ y en el otro un pequeño entarimado, parece algún tipo de escenario. Alrededor está lleno de bloques en los que, un sillón de media luna rodea a una pequeña mesa circular. La barra está en un costado, a un lado está la puerta de salida y al otro la puerta de los baños, el lugar es amplio, oscuro, acogedor.

Justo al entrar nos dirigimos hacia la barra. Henrique pide una “Brahma” y yo una “Stella Artrois”. El DJ pone algo de Colony 5 para comenzar a calentar el ambiente.







El lugar comienza a llenarse, Henrique y yo parecemos lobos merodeando los alrededores del corral, damos unas vueltas, nos detenemos observamos. Una de las cosas que me fascinan de Buenos Aires es la despampanante belleza de sus mujeres, y en esta ocasión, esa belleza está adornada con increíbles vestidos, maquillajes y peinados oscuros que van desde lo victoriano hasta lo cyber-goth, pasando por una extensa gama de estilos y atuendos que, sin embargo, comparten esa esencia nocturna, inquietante y espectral.

Sin embargo de entre esa multitud de mujeres bellas, hay algo que engancha mi atención desde el primer instante, un rostro que robó mi atención apenas anoche en el concierto de Devision: un pedazo de cielo de octubre materializado en mujer, 1.65, delgada, de piernas largas, piel casi blanca, busto mediano, cuello de cisne y facciones que parecen moldeadas por los dioses griegos. Su vestido es negro, tiene un par de aberturas a los lados que dejan ver sus piernas perfectas, y un escote que llega hasta su ombligo. Su sola presencia turba el aire del lugar, todas las miradas se posan sobre ella mientras camina, y ella apenas parece notarlo. Si esto fuera una novela de Anne Rice, indudablemente ella sería la reina de los condenados.

En su camino atraviesa por el lugar donde nos encontramos –estupefactos- Henrique y yo, que no podemos controlar la poderosa atracción que esta vampiresa ejerce sobre cualquier cosa que contenga testosterona. Nos volteamos a ver con complicidad, sabiendo que no es bueno tirar tan alto, así que resignados, redirigimos la mirada hacia terrenos más reales.

De repente encontramos nuevamente a Sharon y a su amiga y nos quedamos con ellas un rato. A pesar de no tener ninguna intención de conocer Estados Unidos, la verdad es que desarrollé un gusto, un tanto salvaje, hacia las mujeres estadounidenses. Tienen algo, algo… algo en la voz, en el acento… en la torpeza con la que intentan hablar español… debe ser el hecho de que crecí viendo películas hollywoodenses protagonizadas por hermosas mujeres que hablan exactamente igual; debe ser una de esas cosas que guardas en el subconsciente durante la adolescencia.

Y de repente la reina vuelve a acaparar mi atención, y la miro de reojo. Está bailando. Y a su alrededor parece haber un círculo mágico de tipos que casi babean al percibir su aroma, ella ni siquiera los mira, está demasiado concentrada en la música… si Sharon y su amiga son 9’s, la reina, definitivamente es un 12.

Sharon habla y habla. No entiendo todo lo que dice, la música está fuerte y mi inglés no es perfecto, pero no me importa, me gusta escucharla aunque sus palabras no encuentren referente en mi cerebro. Con el pretexto del volumen fuerte comenzamos a acercarnos cada vez más

-Let’s do something, -le digo al oido- do you know lips-reading?

-No, I’ve never tried –Responde sonriendo-.


-Well… neither I, but I Think is a good moment. Ok Me first.

Pongo mi cara frente a ella, la miro a los ojos y comienzo a mover los labios sin decir nada

-What? –alcanzo a distinguir en sus labios- Río de nuevo y vuelvo a mover los labios.

-I don’t understand! –responde ella-


-really? Mmhhh… ok, maybe you should try, now I’ll read yours

ella comienza a mover los labios con mucha exageración, creo que dice “Do you understand me?”

-What? I don’t understand you –Le digo al oido nuevamente, ella ríe

- Ok, ok, you are doing everithing wrong! You need to concetrate just in the lips; your problem is you try to hear something, instead of paying atention just to my lips.

-Ok, let’s try again –me dice mientras rie de las indicaciones que le acabo de dar-

-Ok, sharon, concetrate, in my lips… -pongo mi cara frente a la suya otra vez, mientras hablo exagerando los movimientos de mi boca- concetrate

just…

in…

my…

Lips…

Y la beso. Ella me corresponde

-hey! –me alejo y le reclamo- who told you to kiss me?! I’m not an easy guy!

Ambos reimos y ella me da un golpecito en el hombro.

Jugamos, le hago cosquillas, ella no baila, pero igual nos divertimos.

Y de repente algo me pica en la nuca, como si me lanzaran un chorro de agua helada justo en un diminuto punto de la cabeza. Volteo. No estoy seguro, pero me dio la impresión de que por un momento, la reina me observaba. Debió ser mi imaginación.

Sharon, definitivamente no bailará y no logro convencerla de intentar, así que le aplico un pequeño castigo y le digo que buscaré alguien más que si baile, ella ríe y me dice que me acerque.

-If you get THAT girl to the dance floor –me dice al oido-… then I’ll join you both… she is so hot…

-Na, na, na! That’s not fare! She is surrounded by guys… I mean… If I get us both to dance with her, what will you do for me?


-Well… I think… if you are a good boy… I can make the breakfast… for you, for me… and… for… her

Ay… Cabrón…

Sharon está señalando hacia la reina, me está diciendo que si logro que baile conmigo, ella nos hará de desayunar a los 3… ¡wow! Esto no puede ser, debo estar soñando… una estadounidense de 9, una argentina de 12… ¿y yo?

Calma, respira hondo, tranquilizate, esta puede ser la mejor noche de tu vida, no la desperdicies pensando en que tan real pueda ser.

-Ok… I want hot cakes –Le digo mientras me dirijo hacia ella, hacia la reina-.



…Continuará…

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