Una voz y una sonrisa. Un pequeño pacto, un par de "me gustas" un rush de adrenalina que recorre el cuerpo y eriza la piel.
Tu sonrisa.
Tu sonrisa convertida en matices que das a tu voz mientras hablas por teléfono. La escucho, puedo escuchar tu sonrisa. No tu risa abierta, sino la sonrisa que se dibuja en tu rostro al hablar conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario