lunes, 14 de marzo de 2011

Una voz y una sonrisa. Un pequeño pacto, un par de "me gustas" un rush de adrenalina que recorre el cuerpo y eriza la piel.

Tu sonrisa.

Tu sonrisa convertida en matices que das a tu voz mientras hablas por teléfono. La escucho, puedo escuchar tu sonrisa. No tu risa abierta, sino la sonrisa que se dibuja en tu rostro al hablar conmigo.

No hay comentarios:

Mamitis.

Siempre he sabido que V es el amor de mi vida. Lo que aún no sé es cuándo dejara de serlo. Hoy, mientras revisaba las cartas que le escri...