lunes, 26 de octubre de 2009

Todo es cuestión de perspectiva

Aún recuerdo aquella amarga época de desencantos amorosos ¡puts! cómo la sufrí, lloraba amargamente mi desgracia, mi mala suerte y mi falta de amor y de viejas. Como si en ello se me fuera la vida.

Por fortuna logré hacer algo que, la mayoría de gente nunca siquiera considera: reinventarme.

Me reinventé como persona como ser humano, pero sobre todo como individuo. Y eso fue más que suficiente para que todo a mi alrededor cambiara.

Debo admitir que mi “suerte” en el amor si cambió y mejoró muy cabrón, pero lo verdaderamente irónico es que esa suerte me dejo de importar. Y ese es el verdadero logro.

No estoy diciendo que me convertí en un wey frío y sin sentimientos, ¡para nada! En esencia sigo siendo el mismo pendejo enamoradizo de siempre; lo que cambió, básicamente, fue mi percepción de mi mismo.

Deje de imaginarme como un wey incompleto al que le urgía tener una novia, dejé de sentir la necesidad de tener alguien a quién darle todo ese cariño que tenía guardado… porque comencé a dármelo a mi mismo, que era quien más lo necesitaba.

Descubrí algo que parecía muy obvio, pero que yo nunca había logrado entender: El centro de mi universo soy yo, y eso nunca debe cambiar. Yo solía ser un ente que buscaba algo a que aferrarse, un sol alrededor del cual girar, alguien que le diera sentido a mi existencia… porque yo era incapaz de hacer eso por mi mismo.

Comencé a creer en mi mismo y a entender todo lo que soy y lo que quiero ser, comencé a “consentirme” a entenderme, a dedicarme tiempo, a centrarme en lo que YO quiero. Automáticamente mi vida cambió de fines de semana de Xbox, a fines de semana llenos de música, desmadre y viejas… hell yeah!!

Hoy puedo leer los e-mails que solía escribir a las chicas que me gustaban, y cagarme de risa de TANTA pendejada que escribía! Me río mucho de la forma en que me denigraba y de la forma en que esperaba que eso, las convenciera de la sinceridad y transparencia de mis sentimientos hacia ellas. ¡ja! Me rio de la desesperación que transmiten mis palabras, de la urgencia por tener un poco de cariño, unas cuantas migajas de amor, lo que fuera… en ese entonces, me conformaba con cualquier cosa… y la sensación de haber dejado eso atrás es muy pinchemente gratificante.

Recuerdo que mi tendencia al drama era tanta y tan cabrona, que llegue a sentir un verdadero y profundo rencor hacia el mundo entero: a las viejas por no aflojar, a mis amigos por no ayudarme, a mi familia por no educarme de forma diferente, a mis amigas por no decirme cómo, a mis genes por ser tan pinche feo… para todo problema que me aquejaba, había un culpable que, obviamente, no era yo.

Dejar de encontrar culpables y comenzar a reconocer mi responsabilidad en todos y cada uno de los aspectos de mi vida, fue algo bien cabrón y nada fácil, pero también es lo que me da la certeza de estar haciendo de mi, el wey que quiero ser, me da la seguridad de que puedo alcanzar lo que quiero y la satisfacción de lograr lo que quiero por mi mismo. Dejé de buscar culpables y comencé a encontrar soluciones.

Cada quien elige lo que es, lo que tiene, lo que hace. Tal vez no puedes cambiar las cosas que te ocurren, pero siempre está en ti elegir la perspectiva desde la cual mirarlo. Yo no cambié mi suerte con las viejas para cambiar la forma en que me veía a mi mismo: Yo cambié la forma de verme a mi mismo, y gracias a eso, mi suerte, en todos los aspectos de la vida, cambió.

domingo, 25 de octubre de 2009

"Actuar bien", "Actuar mal", expresiones que cobran un siginificado completamente nuevo.

Que poco acostumbrado estoy a la crítica. De algún modo, no estoy acostumbrado a que se me critique en un tema que no domino.

Tantas cosas en tan poco tiempo. Se bien que debí repartirlas a lo largo de años pero ¿qué diablos? tener tantas actividades en mi día a día es una experiencia nueva y gratificante. Creo que nunca antes había invertido tan bien mi "tiempo libre" como ahora... y me gusta.

Mamitis.

Siempre he sabido que V es el amor de mi vida. Lo que aún no sé es cuándo dejara de serlo. Hoy, mientras revisaba las cartas que le escri...