Eres un impreciable recuerdo. Pero también eres miles de recuerdos, miles de vivencias no vividas, miles de hubieras, miles de posibilidades que nunca fueron. Ni serán. Aunque mis traicioneras emociones insistan en perseguirte.
Quiero entender que no eres la mujer ideal, que eso es sólo una etiqueta que yo te puse (y por lo tanto, yo te la puedo quitar) quiero hackear mi cerebro y cambiar el programa que me hace pensar, que todo sería mejor contigo. No es cierto.
Quiero dejar de pensarte, de recordarte. De amarte.
Quiero ser libre de ti, y eso me frustra y me enfurece, porque tengo la absoluta certeza de que el pendejo que cerró la reja y arrojó la llave, fui yo.
.
Quiero ser libre de ti, y eso me frustra y me enfurece, porque tengo la absoluta certeza de que el pendejo que cerró la reja y arrojó la llave, fui yo.
.