viernes, 5 de junio de 2009

Rescatando al soldado Ryan


Saving private Ryan, obviamente trae un matiz político-nacionalista-macho-gringo-redneck que llama la atención, pero además, me parece un buen intento por mostrar el lado crudo y gandalla de la guerra.

La película atraviesa por diferentes mensajes y personajes que casi todo mundo conoce, hay algunos que me parecen bastante chidos; como la escena en que el Capitán John Miller (Tom Hanks) dice que quiere encontrar a Ryan, porque es lo único que puede hacer en el campo de batalla, que no le dará pena contar a su esposa al regresar a casa. También me gusta el debate de que tan correcto es arriesgar la vida de 8 hombres para llevarte a un soldado “normal” como cualquier otro a su casa, sólo por el hecho de ser el único sobreviviente de 4 hermanos en la guerra.

Pero el personaje que más me hace reflexionar, sin duda es Upham (Jeremy Davies), porque creo que muestra el nivel de incertidumbre y conflicto moral que puede representar participar en un festival de sangre como debe ser un campo de batalla.

Upham es un traductor que no tiene idea de cómo sostener un arma; su formación siempre debió ser políticamente correcta; tener facilidad para las lenguas, indica cierta predilección por las ciencias sociales y las humanidades. ¿cómo pides a un letrado de ese tipo que tome un arma y asesine gente? Upham muestra ese lado humano que se resiste a sucumbir ante el soldado monstruoso en que la guerra lo quiere convertir.

El momentum de Upham es en la última batalla, cuando su compañero Mellish (Adam Goldberg) es atacado cuerpo a cuerpo por un soldado alemán. Upham tiene la oportunidad de entrar en la habitación y disparar a quemarropa sobre el soldado rival... pero nunca lo hace. Se queda acongojado, escuchando los sonidos de la pelea y el último aliento de Mellish. Cuando el alemán termina de asesinarlo y sale del cuarto, encuentra a Upham y lo mira con desprecio, tal vez con cierta indignación. Upham se quita de su camino y se echa a llorar.

...I mean... ¿Qué habrías hecho tú? nunca has matado a un hombre antes, y de repente, te encuentras en una situación en la que tu brother necesita de tu ayuda... entonces tienes que asesinar a un wey que no conoces, para salvar la vida de otro wey al que conociste hace sólo 2 días... todo como parte de una guerra que ni siquiera es tuya, que tu no buscaste ni provocaste. Me encanta la actitud del soldado alemán: esa expresión de no querer saber más del asunto, de ignorar a Upham... el wey acaba de matar a un cabrón, pero no desde lejos con un rifle, sino de forma muy cercana y lenta... el wey, por muy nazi que fuera, acaba de arrancar una vida con sus propias manos, contempló los ojos de su víctima justo en el momento en que atraviesa su pecho con un cuchillo de forma muy lenta y dolorosa.

Algunas escenas después de esto, aparece el primer asesinato de Upham... un asesinato innecesario, ventajoso, intrascendente... que me encanta por el mensaje que lleva, porque sintetiza en esos 8 segundos, todo lo que es la guerra: un momento en el que la razón desaparece, y en que un ser humano “integro” se puede convertir en un instrumento que hace el trabajo sucio del sistema. Un momento en que la ética, la moral, la educación y el sentido común desaparecen para dejar paso a la violencia en nombre de la nación, de diós, del rey, del imperio, del territorio, del dinero, o de cualquiera de las miles de estúpidas razones que siempre hay detrás de una guerra.

Pero bueno, además de los mensajes de la movie; hay un recurso que veo aquí y que he encontrado mucho en series y otras películas: Un inicio impactante, aunque, a lo largo de la película la acción es, más bien lenta y dramática. Esos 15 minutos enganchan a cualquiera al sillón.

Es un recurso muy usado para garantizar que te quedarás hasta el final. El uso de este recurso en cine, puede no tener gran peso mercadológico; es decir: si miras los primeros 15 minutos eso significa que ya pagaste tu entrada al cine o que ya pagaste la compra o la renta del DVD; sin embargo, en las series televisivas, iniciar con algo super intenso, aunque el resto de la producción sea mucho más lenta suele ser un gancho muy efectivo; ya que así te aseguras de que la gente mantendrá la atención durante el resto de transmisiones de la serie o que invertirán sus pesitos en adquirir los demás capítulos y temporadas.

¡Pero bueno! más allá de mensajes y mercadotecnia; la neta es que es una movie para rifársela con un buen tazón de palomitas, eso si: con harta salsa, para disfrutar la lluvia de tripas que se aprecia al principio de la película.

Aquí dejo el trailer oficial que, por cierto, ¡apesta!

Del 1 al 10 yo le doy un: 6
Recomendable para: asustar a tus sobrinos diciéndoles que así será el servicio militar
Target primario: Hombre heterosexual, 20-35 años, gusto por los deportes de contacto, los videojuegos de guerra y/o los juegos de estrategia.
¿Debo tenerla?: Si entras en el target; definitivamente debes tener el blue-ray y ponerlo en un home theatre de 8 canales para sentir que las balas te rozan la nuca, si no, mejor bájala de internet.
Lo mejor: La lluvia de tripas del principio
Lo peor: El tono gringo-nacionalista-apestoso
Lo curioso: cualquiera que haya jugado cualquier videojuego de guerra on line (contra personas) sabe que es IMPOSIBLE tomar un puesto de vigilancia de la forma en que lo hacen ellos en la playa.

Título original: Saving Private Ryan
Director: Steven Spielberg
Escritor: Robert Rodat
Estreno en México: 4 de septiembre de 1998
Género: Acción, drama, guerra
Óscares: 5


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