martes, 27 de mayo de 2008

ALICE (Parte 2: Alice)

Cuando la calle del tianguis quedó vacía, ella decidió caminar hacia el centro de la ciudad para hacer tiempo y probablemente llegar a la hora en que comienza la música en Dada·X. El trayecto fue suficientemente largo como para que su mente se pusiera a divagar otra vez en la mortífera y elegante figura del vampiro... y aunque en el fondo deseaba creer realmente en esa fantasía, su razón siempre se lo impedía. A pesar de todas las leyendas, era algo en lo que ella no podía creer. Incluso encontró en Internet un ritual paso a paso para convertirse en uno; consistía en proferir algunos conjuros del famoso “Necronomicón”, justo después de beber hasta la última gota de sangre de una persona directo de su yugular. Pero no era tan fácil, ya que se debía mantener un ayuno de 2 semanas y la víctima debía estar de acuerdo en el ritual, Los deseos de creer de Alice eran enormes, pero su lado racional era aún más fuerte, y ella sabía muy bien que tanto ese ritual como el mismo Necronomicon eran sólo producto de la imaginación de alguien.

Al doblar la esquina para llegar a la entrada del Dada·X otra vez se sintió observada, otra vez se sintió invadida por esa intranquilidad. Volteo pero no vio nada. Cuando regresó la mirada al frente se encontró con él: Un tipo de 1.80 metido en una gabardina negra, recargado sobre la pared.

-Es peligroso que camines sola por aquí a estas horas.

Alice apresuró el paso sin voltear a verlo y lo pasó de largo.

-Y no mames que no me escuchaste, ¡eh Nancy!

Nancy. El nombre que Ricardo le había puesto recordando a su novia de la secundaria. Ella odiaba ese nombre.

Se detuvo en seco y volteó lentamente hacia el.

-No me vuelvas a llamar…

Ya no estaba. Pero entonces ella sintió una mano que recorría su cintura. Era él que se había retirado de la pared y se había colocado justo detrás de ella sin hacer ningún ruido.

-¿Nancy?

Alice se sobresaltó cuando sintió el frio de sus manos en ella y se alejó bruscamente para poder mirarlo de frente. Era guapo.

Ella se quedó ahí parada durante unos instantes tratando de elegir cuidadosamente la pregunta que haría.

-¿Cómo es que…
-¿Te conozco?... ¿Alice?

El asombro en su rostro era evidente. Este wey no sólo sabía su nombre real sino también el que ella se había elegido. Su mente no le respondía como ella deseaba, no encontraba las palabras que quería decir, y él se adelantó.

-Calma, Alice. Si estoy aquí, es porque tú lo quisiste… Tú ya sabes quién soy… Pero parece que necesitas asimilarlo mejor.

Entonces él extendió su mano, ofreciéndosela.

-No temas. –Le dijo mientras mostraba en su sonrisa un par de afilados colmillos-.

Ella simplemente no pudo resistir y se dejó llevar por él hasta el antro al que se dirigía originalmente. Ya dentro, se detuvieron en el balcón y ella lo inspeccionó detalladamente. Era exactamente como imaginaba a un vampiro: Alto, pálido, guapo, con mirada firme.

-¿Porqué?...
-¿Porqué no? –interrumpió él- He pasado tanto tiempo solo, Alice, que necesito a alguien a mi lado… la eternidad no es nada si no hay con quien compartirla.

Sus ojos se posaron sobre ella que permanecía estupefacta, encantada por el momento, así que él siguió hablando.

-Alguna vez, Alice, yo fui elegido como compañía de alguien, y se lo que eso significa… pero a diferencia tuya, yo no lo deseaba. Dejar mi vida, mi familia y mi gente no fue una decisión que yo haya tomado. ¿entiendes lo que digo? –preguntó mientras la miraba inquisitivamente- Alice… no hay vuelta atrás. He visto en tu mente cuánto lo deseas, y debo confesar que yo también deseo tener a alguien a mi lado… alguien que no tenga que morir y abandonarme… alguien que comparta las noches conmigo… pero aún no se si de verdad debería hacerlo. Creo… Creo que esto fue un error –dijo mientras daba media vuelta.

-¡Espera! –Casi gritó, ella- No te vayas

Sin darse cuenta, se había aferrado a su brazo en un intento desesperado por detenerlo.

El la miró con una sonrisa que dejaba ver nuevamente sus blancos colmillos.

-Creo –Continuó él- Que realmente nunca te has detenido a pensar en las consecuencias. ¿Te das cuenta de que dejarás a tus amigos? ¿De que la inmortalidad no sólo te da poder, sino una enorme sensación de no ir hacia ningun lado?... Alice, verás envejecer a la gente que quieres, los veras tener hijos, terminar la escuela, hacer algo de sus vidas… y tú sólo serás una sombra a un lado de la vida… incapaz de trascenderla o modificarla… Además hay otra cosa que estás olvidando… ¿te imaginas beber sangre? A diferencia de lo que dicen las películas de vampiros, no se parece a nada que hayas probado antes, es una sustancia viscosa que se hace más espesa mientras más tiempo tardes en beberla, sabe a óxido, y a veces, se coagula en tu estómago… Alice… es algo asqueroso… y el dolor. Antes de pasar al otro lado, tu cuerpo tiene que morir, y eso, Alice, es bastante real, exactamente como cualquier muerte por desangramiento… el sufrimiento es terrible… no quiero ser yo quien le de ese sufrimiento a alguien…

-Deja, –Interrumpió ella- Deja que sea yo quien decida eso… Tu ya tomaste la decisión de acercarte a mi y dejarme ver que existes, que mis sueños son mas reales de lo que yo misma creía… y cuando te mostraste a mi, perdiste la oportunidad de retractarte…

Ludwig se quedó perplejo ante la muestra de aplomo de Alice y echo a reir.

-¡Creo que fuiste la elección perfecta! –comentó con la sonrisa aún en la boca-
Me encanta la fortaleza de tu carácter… vas a ser una excelente compañera.

-Aún no he dicho que quiero serlo.
-No necesitas decirlo. Lo veo en tu mente…
-¿De verdad puedes leer mi mente?
-Sí… sólo algunas cosas. No podría adivinar lo que piensas ahora, pero es como si tu cerebro se conectara con el mío por momentos y me dejara entrar y enterarme de cosas al azar… se lo de Ricardo, se que te encanta Within Temptation… se que me has estado buscando…

El rostro de Alice se sonrojó ligeramente mientras agachaba la mirada.

-¿Porqué hoy? ¿porqué no ayer o la próxima semana? ¿porqué llegaste a mi hoy?
-… Por cobarde… porque no me siento seguro de hacerte esto… y porque al amanecer parto a España.

-¿Qué? ¿Pero entonces que pasará conmigo?
-La idea, Alice, es que tú vengas conmigo
-¡Pero!
-¿Qué? ¿No deseabas dejarlo todo? ¿no querías un nuevo comienzo? ¿No deseabas otra oportunidad? ¿otra vida?
-Sí… pero es muy pronto.
-Alice… no te preocupes, como ya te lo dije, no te forzaré a nada. Te voy a dar la elección que yo nunca tuve… sólo espero que tu decisión sea la correcta…

Alice sintió repentinamente un frío recorriendo su espina dorsal al verlo dar media vuelta y encaminarse a la salida.

-Mañana será un día largo y no deseo que el sol me encuentre fuera –Se detuvo para voltear a verla antes de salir-. Tú puedes venir conmigo, o quedarte aquí y esperar a cumplir 60 años para preguntarte si debiste elegir diferente.

Ella sintió un golpe de su propia sangre llegando a su cerebro, debía pensar con claridad y velocidad. El seguía caminando dándole la espalda sin la mínima intención de detenerse… Esto era lo que ella siempre había deseado, y ahora la oportunidad de obtenerlo caminaba hacia las escaleras del lugar, ¿qué hacer? ¿qué hacer?.

-¡Aguanta! –Gritó Alice mientras corria hacia él-. Llévame… llévame contigo.

El la miro con una sonrisa por encima del hombro y tomó su mano. Caminaron bajo la noche atravesando el primer cuadro de la ciudad de México mientras él le contaba su vida mortal, le habló de Europa y de los demás vampiros como él que rodeaban su vida. Prometió a Alice que la llevaría a conocerlos. Le habló del hambre que sentiría en los primeros momentos de su nueva vida y le advirtió que sus sentidos se alterarían hasta el grado de hacerla perder la razón… pero que él estaría a su lado siempre, porque de ahora en adelante, ella sería su niña. Su pequeña, su hija y su amante al mismo tiempo y que juntos recorrerían el mundo persiguiendo a la luna.



Sisters of Mercy - Alice

1 comentario:

Che! (etarra, necrop4) dijo...

Orale ta chido!!!
la narrativa me recordo cuando escuchaba la mano peluda camino a cuernavaca donde lo unico que alumbraba era las luces del coche y decia.... haaaaaaaaaay naaaaaniiiiitaaaaa..... donde no nos salga la pinche bruja volando por que me surro!!!!!

o ya de perdis a el chiquidracula cuando decia...
"Les dooooooooy meeeeellooooooooo"

jajajaja

Mamitis.

Siempre he sabido que V es el amor de mi vida. Lo que aún no sé es cuándo dejara de serlo. Hoy, mientras revisaba las cartas que le escri...