miércoles, 16 de junio de 2010

Buenos, muy Buenos Aires (parte I)

 10:00 am

-¿Dónde putas estoy?…

¡Ah si!… de repente olvido estar tan lejos… ¿pero realmente es lejos? No se, algo dentro de mi me hace sentir que en cualquier momento me subo a un taxi y llego a mi casa en la Ciudad de México… Pero la realidad es que ese viaje sólo se hace por aire y dura alrededor de 10 horas… de la chingada.

Me estiro un par de veces antes de decidirme salir de la cama… el gato, Tomás, llega a joder… “¡cabrón… como si no tuviera suficiente con el maldito calor humedo que hace aquí, como para tener que aguantar tus pelos!… sí, sí, ya se que a ti te vale verga que yo sea alérgico al pelo de gato, pero no por eso te pienso dejar de mentar la madre.”

Me levanto, me asomo al baño y veo que el departamento está vacío, mi roommate ya se fue al gimnasio, o al spa, o a lo que sea que hagan a las 11 de la mañana los gays de Buenos Aires.

Me baño con calma, me doy cuenta de que ya va siendo hora de llevar la ropa al Lavadero porque ya sólo me queda disponible la playera de Devision… “¡Que no!, no dice ‘Julio’. Es un logo.. es el logo de DeVision, junto al nombre IO del nuevo disco”… pinche playera me caga siempre tengo que explicar que ni me llamo Julio, ni idolatro a ningún pinche Julio, ni tampoco es de la tienda “julio”.

Veo que no hay nada de comer en casa así que decido salir al supermercado chino de abajo por un paquete de Ravioles, un Casancrem y una Coca-Cola.

Regreso, preparo mi pasta que (como siempre) me queda de lujo, como en chinga y abro mi “guía-T”
“¿Y hoy que  visito?… ¡A huevo! El jardín japonés”

Abro la página web del jardín japonés para saber el horario y la dirección exacta. De paso checo mi mail: Hay uno de Cinthia al que no presto mucha atención -seguro es algo de la tarea y hoy no hay clases, así que ¿pa’ qué afligirme?- Hay otro de la Pata para invitarme a la fiesta de su depa; y otro de Henrique. El wey quiere que vayamos hoy a conocer el último antro darkie que nos falta de Buenos Aires: Soma.





Me largo al Jardín japonés… a huevo… los patitos, los pescaditos… los japonesitos… todo re cagadito… Pinche Buenos Aires, mientras más conozco, más me sorprende… foto por aquí, foto por allá y a la chingada.

Al salir camino por la Recoleta hacia Av 9 de julio y sigo tomando fotos… “Si algún día decido vivir en Baires, quiero que sea en la Recoleta”.

Llego caminando hasta el obelisco y regreso a Palermo en Subte. En el camino me como un choripan de puestecito y una Coca-Cola.

Llego al depa y abro, ahora si el mail de Cinthia… en efecto era para la tarea. Hago mi tarea, me quedo un rato echando la hueva, prendo la TV, veo Dr. House… y de repente noto que algo falta… “falta… ¡a huevo! ¡el gato!… chale… ni idea donde ande el cabrón… bueno… no es algo que me quite el sueño”.

De repente suena el timbre de la puerta.

-¿Quién? –Pregunto-.


-Eeehh, me shamo Heidi, soy tu vecina y traigo de regreso a Tomas. Y es que Gabi me lo dejó en la mañana para que jugara con mi gatito viteh?


-Ah ok, ahora abro.

Hay algo muy raro en su acento… si, obvio suena argentinoso, pero raro… como argentinoso a huevo, como que le cuesta trabajo el tono argentinoso. Abro la puerta.

Me encuentro con una escultura de mujer de 1.80 rubia, hermosa, con facciones que parecen dibujadas por un artista de manga japonés: Piernas perfectas, cintura diminuta y unos pechos que no parece enormes, pero, cuyo contorno dibuja unas perfectas y delicadas líneas sobre la blusa. Tiene los ojos del azul más intenso que he visto alguna vez en una mirada, y una sonrisa de anuncio de pasta de dientes.

-Hola


-… ¿eh?

-¡Hola!


(¡Di algo imbecil!)

-¡Ah! Hola, hola… yo soy… Chava… el Roomate de Gabi


(¿De “Gabi”, idiota? ¡Va a pensar que también eres gay!)

-¡digo! De Gabriel…

-¡Ah! Encantada… ¡dale!


(No la cagues, por favor… di algo inteligente, di algo inteligente, di algo inteligente…)

-O sea… ¿Cómo que ‘dale’? (pendejo)

-Y… Tomás

-¿Tomás?… eehhh… sí… si tomo… a veces… (pendejo a la N potencia)


 -¡Pará! –sus labios forman una hermosa sonrisa acompañada del melodioso compás de su risa-. No, no, bolu… ¡el gato! Mirá, aquí lo traigo de regreso.


-¿El gat… ¡¡¡AAaahhhh!!! El gato, ¡Tomás! Ya,… esté… sí, si, el gato, je-je-je… Gracias, yo te lo guardo ¡Digo! yo lo meto… ¡al gato eh! Este… gracias…


-Sos muy gracioso… y hablás raro… ¿de dónde sos?

-De México –Le digo mientras agarro a Tomás-.

-¡Ah que lindo! Mirá… México… ¿y qué haces acá?


-Estudio… estudio publicidad. Y tú… tampoco eres de aquí ¿no?

-No, no, shio soy de Suecia, pero sha shevo… ¿qué será? 4 años viviendo en Buenos Aires.



(Todo lo que sabes de Suecia: Está en Europa)

-Ah! Wow… había oido que las suecas son…


-¿Tetonas?

-¡No, no! No, para nada… o sea, tú si tienes… ¡¡no!! Digo, creo que tu si eres… o sea… fea no eres… pero no que lo sean las suecas… porque las suecas no es que sean… así. Pero tú si… pero no porque seas sueca ¿no?…


-Sos un poco bruto nene –me dice mientras su risa vuelve a invadir el ambiente-. Me gustas… ¿estás por acá mucho tiempo?

-Eehh, si, me quedaré un par de meses más…

-Dale, entonces nos veremos más ¿sí?

-¡Si, si! ¡Claro!

-Chau!

-Bye…


¿Si? ¿bueno? ¿Comisaría? Quiero reportar un delito… una mujer hermosa tocó a mi puerta y yo sólo dije puras estupideces… ¿me podría encerrar algo así como unos 10 años? A ver si en ese tiempo se me quita lo idiota?

Heidi baja las escaleras y yo me quedo como el imbecil que soy, mirándole las nalgas… que bonitas nalgas.

-Pinche Tomás, por primera vez me dio gusto verte wey -le digo al gato mientras me da un “miau” por respuesta.

Recupero el aliento que Heidi se llevó y me doy cuenta de que ya son las 10 pm, hora de salir hacia Soma.



…Continuará…

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