lunes, 21 de junio de 2010

Buenos, muy Buenos Aires (parte III)

Al acercarme trato de reconocer el terreno; ella sigue estando en el centro de un círculo creado por lobos hambrientos que esperan impacientemente para brincar por un hueso, son como 6 o 7. Ella baila con la mirada perdida en el espacio, no mira a ninguno de ellos. Alguien se le acerca, un hombre y una mujer, es imposible descifrar de qué hablan, pero parecen venir juntos, se tratan con confianza. Ellos también bailan junto con ella y hacen que el grupo parezca más grande, ya son casi 10 personas a su alrededor… no pinta nada fácil.

Yo bailo y le doy la espalda, pero trato de medir el punto en que se ubica para acercarme poco a poco, pasan 5 minutos ya estoy tan cerca como podía, su círculo protector no me permite dar un paso más, sin embargo, no estoy seguro de su posición porque me acerqué de espaldas, no le he visto la cara ni ella a mi desde que comencé a acercarme, sólo deduzco el lugar donde está por la resistencia que su halo de perros ofrece en mi contra. Volteo a ver a Sharon que me mira con atención, me hace una seña de que ya pasó mucho tiempo y yo pongo un dedo en mis labios, mientras con la otra mano le hago la señal de “calma”.

La música calla, la gente grita extasiada, el DJ hace un par de “scratchs” en un vinil y deja paso a un beat que me suena familiar. Sí, ese beat pegajoso al que nunca me he podido resistir. Antes de darme cuenta, todo se borra de mi mente: Sharon, la reina, Buenos Aires, Henrique. Sólo existe la música, esa deliciosa música que va creciendo poco a poco hasta que se convierte en una orgía de sonidos electrónicos, un estallido de neuronas al compás de un beat infeccioso que inunda las venas y se escapa por los poros.







Cierro los ojos y siento la música fluir por mi cuerpo, mientras disfruto de ese pequeño instante en que mi cerebro se desconecta por completo y deja que VNV Nation y su Lightwave den órdenes a todas mis terminales nerviosas.

Por unos instantes, sólo existe la música.

Pero termina… ¡ah diablos! No quiero abrir los ojos, al terminar, siento como si, bailando, hubiera esparcido todos mis problemas y preocupaciones por el piso del lugar, como si ya nada importara. Siento una enorme calma que me inunda y me invita a abrir nuevamente los ojos y regresar a Soma en Buenos Aires… porque yo estaba a mitad de algo.

Abro los ojos.

Está justo frente a mi, ella: La reina. Y parece estar regresando del mismo trance que yo. Nos miramos fijamente sólo por un pequeño instante, a la mitad del camino entre el mundo real y el mundo de beats electrónicos que acabamos de visitar.

Regresamos. Ella aparta la mirada de mi y regresa a su estado natural de diva, de reina. Pero ya no le servirá; ya logré traspasar el círculo protector y logré encontrar sus ojos esmeralda, que me contaron sus secretos.

-Podría bailar para siempre esa rola –digo en voz alta pero sin mirarla, mientras el beat de la siguiente canción aún está suave-

-¿Rola? –Picó el anzuelo-.

-Sí, rola… bueno, “canción” o como tú le llames –Le digo sin darle mucha importancia y volteo ligeramente para seguir bailando-

-Si me dejan bailar “bullet” de “Devision” me puedo morir mañana

-¿Vos viste a Devision?


-¿Qué? –Me acerco a ella con el pretexto de la música fuerte-

-¿Qué si viste a Devision? –dice ella mientras pone su mano en mi nuca y acerca sus labios a mi oido-

-¡Sí! Tocaron ayer en “La trastienda”

-¡Que sí, boludo! Shio también estuve ahí


-¿De verdad? ¡que chido “boluda”!


-Hablás raro, ¿De donde sos? –nuevamente toma mi nuca para acercarme a ella-


-Adivina

-No lo se, hablá más, decí más cosas.


-¿Sabes qué? Se terminó mi cerveza, voy por otra a la barra y mientras trata de adivinar. Ahora vuelvo.

Voy al baño (demasiada cerveza, demasiados nervios), trato de relajarme y de no pensar mucho en esto para no cometer una idiotez. Salgo del baño, me dirijo a la barra por otra Stella Artrois y en el camino le guiño el ojo a Sharon que me sonríe con una mezcla de incredulidad y complicidad

Cuando regreso al círculo de la reina, veo que otro valiente ya está charlando con ella. ¡maldito! Seguro me vio acercarme y se dio cuenta que debía actuar cuanto antes… ¡fuck! No puedo ponerme a competir con él porque entonces perdería los pocos puntos ganados hace un instante. ¡diablos! No debí ir al baño. Camino junto a ellos dos con la intención de pasar de largo, como si no la hubiera visto. Para asegurarme que la reina me nota, hago como si le gritara a Sharon a lo lejos

-¡Chido, chido, ahí voy! –grito muy cerca de la reina al mismo tiempo que hago un ademán de saludar a alguien-.

Entonces siento unos delgados dedos que me toman por el brazo. Es la reina

-¡Pará! –me dice en voz alta ignorando completamente al tipo que tiene enfrente.

-¡Ah! ¿que onda?

-¡Sos mexicano!

-¿Tú crees? -Le digo mientras rio-.


-Si… ¿no?

-¿Porqué crees que soy Mexicano?

-Y… ¿Qué se shio? Por como hablás, hablás como las telenovelas de Thalía…

Platicamos y bailamos, me pregunta del concierto de anoche, me cuenta un poco de ella; es uruguaya, se lama Lucía y vino a Buenos Aires al concierto de Devision, y al de And One que es el martes. El miércoles ella regresa a Uruguay.

-¡Wow! –me acerco a su oido- parece que el destino conspiro a favor tuyo y mío el día de hoy, porque yo también regreso a México pronto. Parece que algo más grande que nosotros quería que nos conociéramos hoy.

Palabras más palabras menos. Volteo a ver a Sharon que parece un poco molesta. Lucía no parece querer dejar de bailar, así que hago un ademán para que Sharon se nos una en la pista de baile. Voltea hacia otro lado, Sharon me hace una seña de que espere un momento. Observo bien y Henrique está con ella, parece que a ella no le agrada mucho su compañía.

-¿Qué pasa? –pregunta Lucía-


-Nada, una amiga que conocí hace un momento. La vi aburrida y le “dije” que viniera a bailar


-¿La de rulos?

-Si ella

-Es linda.


-Tu también… -le digo acercándome a ella- bueno, más o menos… perdón por decirlo así tan seco; pero alguien te lo diría tarde o temprano… tienes un defecto muy notorio.

-¡Mira que pelotudo! –Me dice ella mientras sonríe- ¡El único que se me acerca en todo el lugar y le parezco fea!


-Bueno, algo así –le contesto mientras vuelvo a reir- es tu boca… hay algo que me molesta mucho de tu boca –La abrazo-


-¿Mi boca?... ¡qué pelotudo! ¿Qué tiene mi boca?

-Que está… muy lejos… de la mía.

La beso. Me besa. Nos besamos.

Esto es un sueño, debo haber muerto y estar en el paraíso. Es imposible. Pero cuando abro los ojos todo sigue ahí: Lucía, Soma, la barra, la música de Call the Ships to port de Covenant.

Volteo hacia Sharon, viene hacia nosotros. Todo parece lento, como las escenas en bullet time de The matrix, Sharon me mira con malicia, con complicidad, con lujuria, Lucía voltea a verla y me mira de nuevo y vuelve a sonreir. La incertidumbre de lo que pasará cuando el cuerpo de Sharon se una a nosotros hace que estos instantes parezcan una eternidad.

Casi puedo escuchar sus pasos, casi puedo sentir su cintura en mi brazo, mientras tomo a Lucía con el otro. Ya no lo aguanto, si esto no ocurre ya, voy a estallar.

De repente:

Luces.

Silencio.

¿Luces? ¿silencio? ¿Qué pasa? ¡Esto es un boliche! ¿Porque no hay ruido? Algo no está bien.

Y el silencio se rompe, se rompe con el estruendo de sirenas de policía en la calle, suena un altoparlante. Todo Soma se paraliza ante la incertidumbre de lo que ocurre, nadie sabe nada, nadie entiende nada, todos guardan silencio, ese silencio que se siente como el helio que llena un enorme globo. Y entonces, de la consola del dj, sale la aguja que lo pincha:

“Les pedimos a todos que se tranquilicen, acaba de shegar la policía y nadie se debe mover de donde está”

Gritos, pasos, gente corriendo, una mano que se suelta de la mía, el altoparlante de nuevo pidiendo calma, el dj de nuevo suplicando orden.

La policía entra y todos salimos a la calle, ya es de día, hay ambulancias y una manta con una mancha roja sobre el asfalto, todos corren, todos gritan, la policía trata de agarrar a algunos, sólo a hombres, a las mujeres no les hacen caso, las dejan correr libremente.

¿Sharon? ¿Lucía?

-¡Sharon!, ¡Lucía! -Grito, corro, busco entre la gente, pero todo es un caos, y en medio del caos: Henrique.

-Wey ¿viste a Sharon?


-No la vi, Chava, pero mejor es que nos vaiamos de aquí, io no se que pasó, pero no parece bueno.


-Pero… Lucía… ¿La viste Henrique?


-Chava, ia no piense en eso y corramos a mi hostel, io no quiero problema con la policía de Buenos Aires.

Corremos hacia Avenida de Mayo al hostal iraní donde para Henrique.

Yo me detengo en la entrada.

-Tengo que ir a buscarla

-Chava, io no quiere desanimarte, pero no creo que tú la encuentres, además recuerda que tú regresarás a tu país pronto y no es bueno que tengas problemas con la policía de acá. ¿Porqué no, tú le llamas después?

Putísima madre… Nunca le pedí su teléfono… ni a Lucía ni a Sharon.

-Pero… -replico apretando los puños de rabia, impotencia y coraje-… ¿Tú la viste, Henrique? ¿Viste a Lucía?


-¿Era Lucía la chica con que bailabas al final?


-Sí, se llama Lucía

-Sí, la vi Chava… Todo Soma la vio, y la mitad de soma quiso matarte cuando la besaste… io incuído –me da un ligero golpe en el hombro, mientras ríe- En verdad, Chava, que Lucía era como una diosa gótica… Si nosotros fueramos una novela de Anne Rice; Lucía sería, definitivamente la reina de los condenados.


http://www.minutouno.com.ar/minutouno/nota/70850__page_2/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡ay no, no, no... NO, NO!... eso de "dentro de una novela de Anne Rice"... ¿cuándo aquel que se atreva a escribir lo hará decentemente? se me a figuro la trama de Oceans 12 (Julia Roberts haciendo de Julia Roberts... ¡dios!, no debe haber faltado el que se sorprendió... y para acabarla de regar tenía que ser una escritora tan mediana como "Anne Rice" que apenas si es eficiente... ¿por qué no mejor "Dan Brown" o "Stephanie Mayer"... al menos esos están más de moda).

Y por cierto... se coherente / valiente / hombrecito / ten pantalones para publicar mi comentario sobre el plagio que tienes en una parte, donde dice algo como "todo conspira en tu contra"... eso es plagio de algo de bien conocido de Paulo Coelho (¡OSEA POR DIOS!... citas a Anne Rice, plagias a Coelho... ¿sigue una critica favorable de crepúsculo?... mejor dedíquese al dibujo)

- Raul Orvallo

CainMX dijo...

Raulito, Raulito... Me halaga que te guste tanto mi blog como para regresar una y otra y otra vez, y dejarme comentario tras comentario.

Discúlpame si no publico todo lo que me comentas; pero este es MI PINCHE BLOG, y en él, yo decido, -de forma totalmente parcial, dictatorial y tiránica- lo que se publica y lo que no.

Si esto último, de algún modo te incomoda o molesta: ¡No regreses! Jejeje, pero sé que lo harás.

Un abrazo.

Mamitis.

Siempre he sabido que V es el amor de mi vida. Lo que aún no sé es cuándo dejara de serlo. Hoy, mientras revisaba las cartas que le escri...